jueves, 26 de junio de 2008

Impactos en el paisaje


Inicio de erupción

El 2 de mayo, pasadas las 0.30 (UTC-4), un gran estruendo junto con una fuerte sacudida despierta a los habitantes de Chaitén y alrededores, quienes con la oscuridad vieron y sintieron un volcán entrar en erupción, creyendo que era el volcán Michinmahuida ubicado a 35 km al noreste de Chaitén, pero llegando el amanecer y al despejarse un poco la nube volcánica notaron que en realidad era el Chaitén, un volcán que se creía extinguido. La nube de ceniza tomó dirección este siendo observada en un radio de 180 km, afectando incluso localidades fronterizas de Argentina de la provincia de Chubut como Esquel que cerraron colegios, aeropuertos y otros centros para prevenir problemas respiratorios.

Segunda erupción

El 6 de mayo, cerca de las 8.45 (UTC-4), se produjo un segundo periodo de actividad eruptiva informando que los dos primeros focos de emanación que existían en el cráter se habían unido, formando uno mayor que según cálculos preliminares mediría 800 m de diámetro, aumentando la expulsión de ceniza y llegando a formar una columna de 30 km de altura junto con material piroclástico y la presunción (que resulta falsa) de lava en el cráter

Sismos: además de la posibilidad de la expulsión de lava y rocas incandescentes, que provocarían terribles daños en un amplio sector alrededor del volcán, el mayor temor se centra en el colapso de la masa del Chaitén, lo que causaría movimientos sísmicos considerables en esa zona de la Cordillera de los Andes.

Desde la tarde del miércoles 30 de abril, en la ciudad de Chaitén se registraba una gran cantidad de sismos de baja y mediana intensidad.

Agua: el agua constituye otro aspecto crítico. Los ríos y lagos de la zona están repletos de cenizas y la escasez de agua potable complica la supervivencia de las especies animales. Para empeorar las cosas, en esta época del año llueve en muy pocas ocasiones, y se estima que recién durante el deshielo de primavera las aguas se vayan limpiando de la presencia de cenizas.

Vegetación: el daño a las tierras cultivables también ha sido enorme. Una capa de más de 20 centímetros de cenizas volcánicas ha convertido al suelo de Chaitén, Futaleufú y Palena en una masa gris con una consistencia similar al cemento, arruinando a la vegetación por completo.

Animales: los animales son los más perjudicados. Dado que la ganadería representa la principal fuente de ingreso de los pobladores de la región, las autoridades intentan evacuar unas 15000 cabezas de ganado, 13000 ovejas y 1000 caballos, con grandes dificultades y escaso éxito. Las especies más pequeñas, privadas de alimento y agua potable, están condenadas a una desaparición segura.

La contaminación de la atmósfera: también es motivo de preocupación. Si bien los gases emitidos hasta ahora por el volcán Chaitén no poseen una toxicidad elevada, la aspereza de las cenizas volcánicas pueden causar lesiones internas en el aparato respiratorio de personas y animales, por lo que resulta imprescindible la protección apropiada mediante barbijos o pañuelos en todo momento.

Por supuesto, mientras el volcán Chaitén continúe rugiendo, emitiendo cenizas y haciendo temblar los suelos, existe la posibilidad de que la situación se agrave.


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